El resultado de las elecciones de ayer ha comenzado a generar efectos, aunque estos no puedan ser calificados sino de sorprendentes. En previsión del posible cambio de gobierno (el término técnico es “vuelta de la tortilla”) se iniciaron en Ajuria Enea, tareas de limpieza y reorganización. En el transcurso de esas operaciones, al abrir un armario de fondo ancho situado en el segundo sótano, se ha descubierto la existencia de una “Viceconsejería de promoción del Levantamiento de Piedra y otros deportes tradicionales”, con el Viceconsejero y todo dentro. El viceconsejero, Sabín Txufado, fue nombrado en los albores del Gobierno autonómico por el Lehendakari Carlos Garaicoechea, en 1980. El protagonista ha declarado:
- “En las obras de reforma de edificio, allá por 1983, me dijeron que si no me importaría que me trasladarían provisionalmente el despacho aquí al sótano. Y desde entonces…”
- “En 2001, cuándo se me acabaría el papel y ya no me llegaban más fases, se me pasó por la cabeza que, a lo mejor, se habían olvidado de mí; pero, ya sabe usted, las cosas de la administración van despacio; y no le di mucha importancia. De todas maneras, el fás casi no se usaba ya, porque me comunicaban que me enviarían los documentos por Emilio. Por cierto, que por aquí el Emilio ese no se ha pasado a dejar ni un sólo papel, vaya bedel informal…”
El actual Viceconsejero de Presidencia, ha manifestado:
- “Había ciertos rumores de una Viceconsejería fantasma que aparecía dotada en los presupuestos, pero no es costumbre del gobierno de este país, hacer caso a los rumores.”
Sabín Txufado ha tenido que ser desprendido de la poltrona mediante la aplicación de soplete de acetileno, y parece que no va a ser el único caso dentro de la sede de Ajuria Enea.
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