Yo te enseño la mía si tu me enseñas la tuya

Hace unos días leía en LD un articulo de Victoria LLopis

donde se explicaba cómo los sorprendidos padres de los alumnos de un colegio público catalán (¿por qué las noticias más delirantes llegan últimamente desde allí?) recibian la comunicación de que "...La propuesta del claustro de profesores de realizar la actividad de las duchas en vestuarios mixtos, en la clase de educación física, fue totalmente aceptada por los padres y madres...." y, cómo, el colegio no tuvo más remedio que dar marcha atrás ante las protestas de los "padres y madres" que, supuestamente habian "aceptado totalmente" la propuesta en el anterior consejo escolar.

Pero resulta que Victoria LLopis demuestra en el artículo que esta perla del ignenierismo social (o del socialismo ingenieril) se deriva de la aplicación de la LOE y los decretos que la desarrollan. ¡Toma Jeroma, pastillas de goma!

Dado que soy un ciudadano respetuoso de la ley, el hecho me obliga a recapacitar. Y además, siempre he pensado que la "reductio ad absurdum" es un método estupendo para desenmascarar la estupidez congénita de las iniciativas de ZP y sus mariachis. Asi pués, propongo que nos bebamos dos tazas de caldo.

Es decir, cuando algún orate consiga que los niños y niñas se vean obligados a utilizar duchas unisex (más tarde o más temprano ocurrirá), debería iniciarse una campaña multitudinaria solicitando la aplicación del mismo criterio en todos los organismos públicos.

Digo yo que si la ocurrencia es pedagógica e inofensiva para nuestros niños, debería serlo también para los mayores. Así pués, vengan los lavabos unisex en todos los ministerios. ¡Fuera las barreras sexistas que impiden aceptar el propio cuerpo y el de los otros!

Imaginen la aplicación que para los debates parlamentarios tendrían los WC comunes en el Palacio de Las Cortes.